INTERVENCION EN CRISIS


INTRODUCCION

Hay momentos del ciclo vital relativamente apacibles y estables alternados con otros donde aparecen nuevas exigencias y demandas, necesitándose un periodo de transición entre los periodos o estadios del ciclo vital para adecuarse a estas. Se necesita tiempo para desprenderse de una situación pasada y adaptarse a otra nueva.

Otras veces los cambios por lo contrario reflejan turbulencia emocional y psicológica y marcan un periodo de crisis: ya sean internos o externos enfrentan a la estructura mental y emocional de la persona con exigencias que sobrepasan la capacidad de adecuarse a ellos y sobreviene una crisis

Se quiebra el orden previo, lo que antes servía para explicarla y resolverla resulta ineficaz, y a la vez, las nuevas alternativas nos llenan de temor y de desconfianza. Estamos en crisis

En un sentido amplio podemos decir que la vida es un estado de crisis casi permanente apenas interrumpido por lapsos de relativa inestabilidad

Una crisis va a aparecer en la vida de una persona cuando un determinado suceso amenaza con alterar su equilibrio personal, en sentido tanto favorable como adverso.

La situación de crisis va a depender de los recursos adaptativos del sujeto, pudiendo aparecer, bien en una situación estresante en la propia evolución del individuo (crisis evolutivas o esperables), o bien en otras en las que un suceso vital estresante las precipita.

Estas últimas son las denominadas "crisis accidentales" o crisis inesperadas o imprevisibles, en las que estarían incluidos tanto las crisis cotidianas como separación, perdidas, muerte, enfermedades corporales, como los desastres y las catástrofes.

Crisis según Albert Einstein

“No pretendamos que las cosas cambien si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países porque la crisis trae progresos.

La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis cuando nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias.

Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar ’superado’. Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones.

La verdadera crisis, es la crisis de la incompetencia.

El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones. Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia.

Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora que es la tragedia de no querer luchar por superarla”.

Albert Einstein

QUE ES UNA CRISIS

Definición de crisis: Una crisis es un estado temporal de trastorno y desorganización, caracterizado principalmente, por la incapacidad del individuo para abordar situaciones particulares utilizando métodos acostumbrados para la solución de problemas, y por el potencial para obtener un resultado radicalmente positivo o negativo.

Crisis significa al mismo tiempo peligro y oportunidad

Una crisis es un cambio brusco o una modificación importante en el desarrollo de algún suceso. Dichas alteraciones pueden ser físicas o simbólicas. Crisis también es una situación complicada o de escasez.

Estado temporal de trastorno y desorganización, caracterizado principalmente por la incapacidad del individuo para abordar situaciones particulares utilizando métodos acostumbrados para la solución de problemas y potencial para obtener un resultado positivo o negativo.

 

Principios Teóricos

Moos (1976) identifica 4 influencias teóricas en la teoría de la crisis. La primera es la de Charles Darwin sobre evolución y adaptación de los animales a su ambiente. Estas ideas permitieron desarrollar la ecología humana explicando los mecanismos adaptativos del ser humano con su medio. Una segunda influencia se basa en las teorías de la motivación y el impulso para el logro de la realización (Maslow 1954 Rogers 1961). El enfoque de Erickson (1963) del ciclo vital del desarrollo proporcionó una tercera influencia para la teoría de la crisis; Y por último una cuarta influencia la tuvieron los estudios empíricos sobre el estrés

TIPOS DE CRISIS

Las crisis pueden ser del desarrollo (esperables) o circunstanciales (accidentales, inesperadas o imprevisibles.)

Crisis del desarrollo:

Las crisis del desarrollo son más predecibles y sobrevienen cuando una persona va cumpliendo etapas en su vida desde la niñez a la senectud .Presentan una conducta indiferenciada y marcan un trastorno en el área intelectual y afectiva

·         Crisis del nacimiento e infancia

·         Crisis de la pubertad y adolescencia

·         Crisis de la primera juventud

·         Crisis de la edad media de la vida

·         Crisis de la tercera edad

Crisis circunstanciales:

Las crisis circunstanciales son inesperadas, accidentales y dependen sobre todo de factores ambientales: Abarcan una alteración psíquica y de la conducta ante perdida o amenaza de pérdida de los aportes básicos (físicos, psicosociales y socioculturales que están interrelacionados)

·         Separación

·         Pérdidas

·         Muerte

·         Enfermedades corporales

·         Desempleo

·         Trabajo nuevo

·         Fracaso económico

·         Violaciones

·         Incendios

La crisis circunstancial tiene cinco características:

1) Es repentina: aparece de golpe.

2) Es inesperada: no puede ser anticipada.

3) Es urgente, pues amenazan el bienestar físico o psicológico.

4) Masiva: muchas crisis circunstanciales afectan a muchas personas al mismo tiempo (por ejemplo desastres naturales).

5) Peligro y oportunidad: la crisis puede desembocar en un mejoramiento o empeoramiento de la situación de la persona.

POLOS DE LAS CRISIS:

Se plantea que las crisis son inherentes al desarrollo y se manifiestan en dos polos: positivo y negativo. La resolución de la crisis del lado positivo significará salud y corresponde al proceso de duelo; mientras que si se da del lado negativo significará enfermedad y corresponde al trauma.

ETAPAS Y REACCIONES FRENTE A LA CRISIS:

Las crisis ocurren en una serie de etapas:

1) Se eleva la tensión al comienzo por el impacto del suceso externo.

2) La tensión aumenta más porque no se puede enfrentar la nueva situación con la norma habitual de conducta.

3) Al incrementarse la tensión, se movilizan otros recursos que pueden desembocar en varios resultados: reducción de la amenaza externa, éxito en el enfrentamiento con la situación, redefinición del problema, etc.

4) Si nada de lo anterior ocurre, la tensión aumenta hasta provocar una grave desorganización emocional.

Las reacciones frente a una crisis pueden ser al comienzo dos: llanto o negación de la crisis.

El llanto puede conducir a la negación o a la intrusión. Esta última significa sentirse invadido por sentimientos de dolor, imágenes del impacto, pesadillas, etc.

La intrusión lleva a la penetración, proceso donde se expresan, identifican y divulgan pensamientos, sentimientos e imágenes de la experiencia de crisis. Implica definir problemas, tomar decisiones o aprender soluciones nuevas, movilizar recursos personales o externos, reducir efectos desagradables, etc. La penetración lleva la etapa final, que es la consumación, o integración de la situación de crisis dentro de la vida del individuo. La crisis puede dar como resultado un mejoramiento o un empeoramiento del sujeto.

 

LOS MOMENTOS QUE SE ATRAVIESAN EN LA CRISIS.

Cualquier teoría se presenta como un modelo para entender mejor las situaciones concretas de nuestra vida. Sin duda, cuando estas teorías se elaboran, se dan en el contexto de un grupo de experiencias específico.

Las crisis, se vinculan generalmente a una situación anormal, que produce desánimo o insatisfacción; a la vez la experiencia nos indica que a cada una de ellas le sucede un cambio, por lo que, la crisis y el cambio se asocian regularmente. Lo cierto es que ante la crisis, los esfuerzos se dirigen a un futuro deseado.

Así también se suele hablar indistintamente de crisis y conflicto, siendo esto último, el momento más fuerte de un combate, una situación desgraciada que produce angustia por su difícil solución. Se podría decir que la crisis realiza una mirada de futuro a cerca del conflicto.

La preocupación fundamental radica en cómo responder cuando las crisis o los conflictos se presentan, es decir, cómo se maneja los momentos críticos en los grupos. Steve Fink, ofrece una teoría útil respecto al proceso de los cambios cuando estos surgen de una crisis. Este autor propone cuatro momentos, conmoción, retroceso, reconocimiento y adaptación o cambio.

A cada momento del proceso la podemos identificar por la forma en que aparecen distintas dimensiones. Las que convienen considerar son: la comunicación, el tipo de liderazgo, la relación con otros grupos, el tono emocional que se da en la etapa, el nivel de planificación, así como el tipo de actitud y de aprendizaje que le corresponde a cada una.

 

 

1.       CONMOCION.

En primer lugar resulta común que una crisis o conflicto comience manifestándose por un estado caótico que paraliza el accionar normal y efectivo del grupo. Se llama conmoción a ese estado en el que todo parece estar siguiendo una inercia sin mucho sentido, cuando da lo mismo que la experiencia se dé o no, es decir, cuando el grupo parece haber perdido significación y efecto.

En este momento, la comunicación es del tipo casual, es decir que lo que se tiene para decir o decirse se realiza fuera del grupo. No existe ningún liderazgo definido e identificado ni con el momento ni con el grupo, por ese motivo no hay intercambio o relación con otros grupos ya que nadie se puede sentir representativo. Se vivencia una ansiedad que provoca vacío y falta de sentido, en el ámbito emocional.

Como consecuencia de este panorama, el grupo no planifica nada y existe el caos. Los aprendizajes son de tipo violento, de shock, y la actitud que prevalece es la de ir solucionando los problemas en el momento, asumiendo una actitud de “bombero” o reactiva. Es aconsejable para acompañar esta etapa, ofrecer las oportunidades para que las quejas se planteen en los ámbitos que corresponden, estimulando la revelación de sentimientos, con una actitud de aceptación, de comprensión y empática.

 

2.       RETROCESO

En este momento le surge la necesidad de alcanzar una salida. Para lograrlo, nada mejor que recurrir a “la experiencia”, la cual se asocia fácilmente con el pasado. A este momento se le llama retroceso defensivo, ya que se vuelve atrás para encontrar una respuesta rápida y efectiva.

El nivel de comunicación se vuelve ritual, el discurso se dirige a “salvar” e intentar recuperar aquello que nos daba seguridad, como los roles predefinidos y las formas ya conocidas y tradicionales de actuar.

Esta característica impone un liderazgo autoritario y normativo; o mejor dicho, este retroceso favorece este tipo de liderazgo. La relación dentro del grupo es representativa, pero difícilmente se vea como participativa, es decir, el grupo deja en manos del líder las decisiones, es el que tiene las cosas claras.

La relación con otros grupos es de alienación, con una clara tendencia a uniformizar los estilos de organización, es decir parecernos hasta perder la identidad.

Como en un principio las cosas marchan bien, el estado emocional del grupo es de euforia, todo parece haberse normalizado; inclusive la oposición es contradependiente y refleja el mismo estado emocional sin propuesta alternativa.

Se planifica a corto plazo, el lema sería seguro, rápido y práctico.

En esta etapa tradicional se corren tres riesgos; el primero sería querer saltearla por desprecio a lo tradicional, si bien las formas normativas y autoritarias no llevan a la solución de una crisis, en este momento, lo tradicional viene cargado de valores y principios que el grupo debe recordar. El segundo es el engaño, es decir, que, bajo el disfraz del cambio, estos valores y principios, que son los que marcan el objetivo del grupo, se relativicen o desintegren, el grupo cree vivir un cambio y sin embargo sigue en la misma situación, con otra apariencia. Por último el estancamiento en la etapa, lo que es típico cuando prevalece una actitud autoritaria, cuyo recurso típico suele ser transformar la organización en burocrática, en la que el poder se esconde detrás del rol.

Los aprendizajes serán del tipo de mantenimiento, reflejando la actitud de “avestruz”, es decir, por medio de la cual se desconoce la necesidad de un cambio profundo e innovador. Acompañar esta etapa tampoco es fácil. En primer lugar implica aceptar la resistencia al cambio como una reacción natural, orientando para que se revelen las frustraciones y ansiedades, a través de una atención sensible y cortés. El pasaje a una etapa más avanzada del cambio lleva a remover es status quo, distribuyendo la información de manera participativa, compartiendo las decisiones.

 

3.       RECONOCIMIENTO

El normal desarrollo de un proceso de crisis lleva a descubrir que los errores del pasado son los que nos trajeron a esta situación y por lo tanto no se encuentra en ese pasado la respuesta, aunque sí se puede reconocer como un punto de partida. Por lo general los que asumen un liderazgo autoritario, si no cambian su actitud, dejan de responder a las necesidades del grupo y caen. Estos ya no tienen los recursos para responder al grupo en forma efectiva, lo que choca con su estado de euforia emocional. Esta situación le deja lugar a quienes pretenden un camino que tenga más en cuenta la realidad del grupo hoy que quiere proyectarse dinámicamente hacia el futuro

En primer lugar la preocupación por saber qué piensan y sienten las personas del grupo permite una comunicación más auténtica, en la que existen las posturas críticas y cuestionadoras, y desde las cuales surgirán nuevas propuestas.

La pregunta sería ¿qué quiere la gente?, esto equilibra el estilo de liderazgo haciéndolo más igualitario, es decir, no es uno el que dice lo que hay que hacer, sino que es una tarea de decisión compartida. Todos los miembros del grupo empiezan a estar motivados por saber qué pasa, hacia dónde queremos ir.

La movilización de lo personal compromete más a los miembros del grupo en la búsqueda de soluciones, de cambio. Esto genera un estado emocional de ansiedad prospectiva, de esperanza. Esto permite una planificación a largo plazo, no se quiere dejar nada sin resolver, por lo tanto habrá que darse tiempo.

Esta apertura se manifiesta en una relación con otros grupos tendiente al intercambio, lo que va a ayudar a comparar y sugerir, teniendo en cuenta situaciones de crisis similares ya vividas por otros.

A esta etapa la llamamos experimental porque se recurre mucho a la investigación, encuestas, evaluaciones, etc. Es cuando se toma solo lo que es válido para el grupo.

Es bueno recordar los riesgos, ya que la tendencia es a desechar todo lo viejo y tradicional, y con eso se puede diluir el sentido de esta experiencia grupal. Otro riesgo sería que al comparar con otros busquemos trasladar o importar soluciones que nada tienen que ver con la realidad de este grupo. Y por último, el quedarse en lo teórico y buscar un perfeccionismo inexistente, y por mucho querer saber no se hace nada.

Es en esta etapa en que el grupo apunta hacia su identidad en la búsqueda de valores compartidos, una misión y una visión construida juntos. A la luz de dicha identidad es que evalúa su estado presente, generándose así un estado de tensión creativa para el cambio. Todo esto supone un tipo de aprendizaje innovador y una actitud “vigía”, es decir, prospectiva.

Para acompañar esta etapa se sugiere proporcionar la información y aclaración de las decisiones que se toman en forma participativa y consensuada. Se activaran los recursos para el cambio analizando y descubriendo las habilidades y capacidades necesarias para el mismo.

 

4.       CAMBIO

Por fin se alcanza el cambio que indica la resolución de la crisis. La participación de la gente, la información acumulada, lo evaluado, lo comparado, el descubrirse cada uno en el grupo, permite que empiece a organizarse en forma más funcional, y llega el momento de poner en práctica la transformación, el cambio. El liderazgo se va a adecuar a lo que el grupo necesita, es decir será adaptado a los objetivos y métodos que el grupo se plantea. Lo que llamamos comunicación funcional, es la que parte de la posición que ocupa cada uno de los integrantes de este grupo.

El que cada uno pueda cumplir su rol (ejercer su poder), provoca en las personas un estado emocional de autoestima que se traduce en seguridad para el grupo. La relación con otros grupos es de cooperación, ya que el grupo se encuentra nuevamente en condiciones de realizar aportes positivos y funcionales al resto de la comunidad.

La resolución de una crisis, permite hacer crecer al grupo, en la medida que logra madurar, es decir ser realista, lo que para nosotros quiere decir contrastar de continuo, lo que queremos ser con lo que somos. Esta etapa se llama de estabilidad, ya que lo que se hace permanente es la actitud de apertura al cambio sin necesidad de detenerse para eso.

Persevera la actitud vigía y el aprendizaje innovador, diseñando nuevos sistemas y procedimientos, familiarizando al grupo con los recursos y materiales nuevos, considerando nuevos métodos y técnicas. Lo que nos coloca en un plan de acción concreto.

Las dos últimas etapas son las que proponen el eje de la Planificación estratégica, cuya clave está en la actitud vigía y el aprendizaje innovador.

 

 


 
Comunicación
Liderazgo
Relación con otros grupos
Tono emocional
Nivel de planificación
Actitud/ aprendizaje
Conmoción
Casual
No hay
No existe
Ansiedad
No existe
Bombero – shock
Retroceso defensivo
Cohesión ritual
Autoritario normativo
Alienación
Euforia
Corto plazo
Avestruz mantenimiento
Reconocimiento
Auténtica
Igualitario
Intercambio información
Ansiedad
Largo plazo
Vigía innovador
Cambio
Funcional
Adaptado al grupo
Cooperación
Seguridad autoestima
Contrastada realista
Vigía innovador

 


 

Complemento al tema: Intervención en crisis

 

El origen de la intervención en crisis moderna se remonta a los trabajos de  Eric Linderman del Massachusetts General Hospital, el cual desempeña un papel activo en la ayuda a los sobrevivientes y a los que perdieron a sus seres queridos en el incendio del Club Nocturno Coconut Grove el 28 de marzo de 1942, en el cual perecieron 439 personas.

 

El informe clínico sobre los síntomas psicológicos de los sobrevivientes se convirtió en la piedra angular para las teorizaciones subsecuentes sobre el proceso del duelo y el significado de la crisis en la vida realizadas por Gerald Caplan, integrante del Massachusetts General Hospital, y del Harvard school of Public Health.

 

Por su parte Lopold Bellak utilizando su experiencia con los veteranos de la Segunda Guerra mundial (1946) publicó en 1952 su primer artículo sobre psicoterapia breve en el  contexto de la psicoterapia de urgencia para la depresión, en 1983 publicó su clásica obra “Manual de psicoterapia intensiva y de urgencia” de orientación psicoanalítica.

 

En 1963 el presidente Jhon F. Kennedy manifestó su propósito de crear los Centros Comunitarios de salud mental, creando la escena para una revolución en la provisión de los servicios de soporte psicológico a los ciudadanos de los Estados Unidos.

Este acto de 1963 repercutió en los servicios de salud mental, iniciándose la desinstitucionalización de los servicios de salud mental por los establecimientos de los centros de servicios comunitarios, poniéndose un fuerte énfasis en los servicios de prevención los cuales se basaban en la teoría de la intervención en crisis de  Gerald Caplan, la cual argumentaba la necesidad del uso de los paraprofesionales como un recurso de soporte de la misma comunidad.

 

Estos paraprofesionales eran voluntarios que tenían una capacitación de 40 horas a más.

 

La base comunitaria de la intervención en crisis gozo grandemente de popularidad en muchas áreas entre los 60 a los 70, no obstante la esencia de los conceptos teóricos de la intervención en crisis siguen usándose en la actualidad a pesar que la popularidad de los programas comunitarios basados en la intervención en crisis disminuyeron en 1980

 

Karl A. Slaikeu (1984) en su libro “Intervención en crisis” desarrolla estrategias de  tratamiento basadas en la “Terapia Multimodal de la crisis” construida sobre el modelo desarrollado por Lazarus (1976-1981) y en base a la perspectiva Cognositiva (Beck 1976, Ellis y Harper 1961, Mahoney 1974).

Esta terapia multimodal de la crisis examina aspectos conductuales, afectivos, somáticos y cognositivos de cualquier crisis.

Slaikeu manifiesta que la intervención en crisis se puede dividir  en intervención de segundo orden o terapia en crisis y la intervención de primer orden o Primera Ayuda Psicológica.

 

 

 

Modalidades:

 

La intervención en crisis tiene dos modalidades:

·         Primeros auxilios emocionales, diseñados para ayudar, de manera inmediata, a las personas a restaurar su equilibrio y adaptación psicosocial. Por lo general, es ofrecido por personal no especializado el cual entra en contacto con las víctimas en los primeros momentos después del desastre u evento traumático en cuestión.

·         Intervención especializada o profesional para emergencias psiquiátricas.

 

Objetivos de la intervención en crisis:

·         Detener el proceso agudo de descompensación psicológica, aliviando las manifestaciones sintomáticas y el sufrimiento.

·         Estabilizar al individuo y protegerlo de estrés adicional, reduciendo los sentimientos de anormalidad o enfermedad.

·         Evitar complicaciones adicionales.

·         Restaurar las funciones psíquicas y readaptar a la persona a las nuevas condiciones, tan rápido como sea posible.

·         Prevenir o mitigar el impacto del estrés postraumático.

·         Facilitar u orientar la asistencia profesional a mediano o largo plazo, si fuera necesario.

Los estudios y las experiencias de trabajo en emergencias nos muestran que el enfoque adecuado para entender e intervenir en la situación de crisis es el de la salud mental comunitaria.

Los principios fundamentales, de la salud mental comunitaria, válidos para la intervención en crisis en emergencias son:

·         Necesidad de rescatar los recursos de salud presentes en las personas.

·         La noción de crisis, como etapas de la vida por las que todo ser humano atraviesa.

·         Implicaciones técnicas, sociales y políticas de la intervención en crisis.

·         Socializar los conocimientos.

·         La comunidad es el nivel de intervención más complejo e importante para la salud mental.

·         Necesidad de transformar nuestras propias actitudes.

·         Construir respuestas concretas para personas concretas en situaciones concretas.

·         Idea de la rehabilitación vinculada a la cotidianidad.

·         La dimensión del trabajo en equipo.

 

Estrategias y recursos técnicos fundamentales de la intervención en crisis

Generales:

La intervención debe ser temprana y eficiente: inmediatez en la atención y proximidad física.

·         Objetivos bien definidos a corto plazo, con expectativas realistas. La intervención será dirigida a reducir síntomas y estabilizar la situación psicológica de la persona, no es un procedimiento mágico que borra las experiencias vividas.

·         Procedimientos simples y bien orientados.

·         Técnicas de múltiple impacto: movilizar todos los recursos (profesionales, sociales, familiares e individuales) disponibles.

·         Pragmatismo y flexibilidad.

·         Enfoque integral, además de la acción curativa o asistencial debe enfocarse con perfil preventivo y perspectiva social.

Recursos técnicos específicos:

·         Apoyo humano y empatía. Fortalecer la solidaridad grupal, familiar y social.

·         Racionalidad.

·         Reestructuración y reorientación de la vida de las personas ante la situación caótica experimentada. Aprender a ver o repensar acerca del incidente crítico, de una forma menos tóxica para contrarrestar la emoción excesiva.

·         Expresión abierta de emociones y verbalización del trauma, lo cual ayuda a la reducción de síntomas. Muchas de las técnicas de tratamientos de las reacciones postraumáticas se basan en la habilidad de las personas para reconstruir e integrar las memorias traumáticas, usando la expresión verbal.

·         Comprensión de la pérdida de control como una posible reacción normal ante una situación anormal.

·         Resolución de problemas concretos de la vida de las personas.

·         Uso de recursos espirituales o de fe y religiosidad. Las intervenciones en crisis basadas en la ayuda espiritual ofrecen perspectivas muy favorables cuando son bien conducidas.

·         Uso de recursos profesionales y especializados cuando sea necesario.

Desde el punto de vista práctico la intervención en crisis puede incluir:

·         Educación y preparación preincidente.

·         Intervención individual en la crisis.

·         Intervención familiar en la crisis.

·         Intervención espiritual (pastoral) en la crisis.

·         Intervención para grupos pequeños de víctimas primarias, secundarias o terciarias (los directamente afectados, sus familiares y amigos cercanos, socorristas y personal de ayuda humanitaria).

·         Información para el manejo de la crisis en grupos grandes de víctimas primarias.

·         Programa de soporte en desastres para socorristas y personal de ayuda humanitaria que actuó directamente en la emergencia.

·         Mecanismos de seguimiento y para referir a los sobrevivientes con personal especializado.

También se han descrito algunas modalidades específicas:

·         Selección o triaje: procedimiento para selección y atención de casos inmediatamente después del desastre, logrando una disminución de la desorganización cognoscitiva y emocional. El procedimiento está directamente relacionado con los primeros auxilios emocionales.

·         Desactivación o defusing: Es una versión sintetizada del debriefing. Se emplea dentro de las primeras 12 horas después del evento traumático, para grupos pequeños de víctimas primarias, secundarias o terciarias.

·         Desmovilización o debriefing según señalan algunos autores, se emplea después de 12 horas de ocurrido el evento traumático. Se sustenta, básicamente, en el principio de compartir experiencias traumáticas con un componente educativo añadido. Es importante la confidencialidad y la ausencia de juicios y críticas.

·         Outreach: procedimiento para encontrar las víctimas, ayudándolas a expresarse y comprender las reacciones emocionales como consecuencia del desastre.

 

Qué hacer y qué No hacer durante la intervención en crisis.

Qué hacer:

·         Desarrollar el sentido de escucha-responsable. Escuchar atentamente, sintetizando brevemente los sentimientos del afectado. Hágalo sentir que usted lo entiende y comprende por lo que está pasando, esto es la empatía.

·         Ser cortés, honesto y transparente; ganarse la confianza y cooperación del afectado.

·         Ser realista y objetivo.

·         Favorecer la dignidad y libertad para que las víctimas trabajen en sus problemas.

·         Fortalecer la confianza y seguridad.

·         Estar alerta sobre las oportunidades de dar énfasis a las cualidades y fuerzas de la persona.

·         Aceptar el derecho de los afectados de sentirse así.

·         Realice preguntas saludables y efectivas.

·         Pida una retroalimentación para ver si está usted comprendiendo.

Reglas del NO:

·         No ofrecer algo que no pueda cumplir.

·         No le tenga miedo al silencio, ofrezca tiempo para pensar y sentir.

·         No se sienta inútil o frustrado. Usted es importante y lo que está haciendo vale la pena.

·         No muestre ansiedad ya que ésta puede ser fácilmente transmitida a los afectados.

·         No ofrezca respuestas, más bien facilite la reflexión.

·         No permita que el enojo u hostilidad de la persona lo afecte.

·         No los presione a hablar de Dios, sea comprensivo con las creencias religiosas.

·         No tenga miedo de admitir que el afectado necesita más ayuda de la que usted le puede brindar. Puede referirlo a profesionales especializados.

·         No permita que las personas se concentren únicamente en los aspectos negativos de la situación.

·         No muestre demasiada lástima o paternalismo. Tampoco se exprese de manera autoritaria o impositiva. Busque un punto intermedio entre estas dos posiciones.

·         No espere que la víctima funcione normalmente de inmediato.

·         No confronte a una persona en crisis, si este se va a sentir amenazado.

·         No insista con preguntas más allá del punto en que la persona no desea hablar.

·         No trate de interpretar las motivaciones ocultas de un comportamiento.

·         No moralice o sermonee.

·         No intente progresar demasiado rápido en el proceso de intervención en crisis.

·         No considere superficialmente las amenazas de suicidio u homicidio.

·         No aliente a alguien a hacer algo que en realidad no quiere hacer

 

Modelo de intervención en crisis para desastres

 

Después del terremoto de ciudad de México del 19 de octubre de 1985, el Instituto Mexicano de Seguridad Social, empezó un programa de intervención en crisis destinado a ofrecer apoyo psicológico a las víctimas y damnificados (Pacheco Regis 1987), la estrategia en términos generales consistía en:

                1.-          Facilitar la expresión verbal

                2.-          Favorecer la catarsis

                3.-          Ayudar a superar la negación

                4.-          Combatir el negativismo

                5.-          Tolerar las conductas de enojo

6.-          Evitar la inactividad (que es alto riesgo para los individuos o los grupos                humanos en duelo).

                7.-          Ejercitar la imaginación en situaciones futuras.

 

Teniendo en cuenta estas directrices se diseño una estrategia de acción por niveles, que contemplaba la atención grupal y la individual, en la cual los casos leves y moderados eran atendidos oportunamente por personal no profesional y los casos graves eran enviados a los profesionales. La atención individual o grupal se completaba con un programa de participación comunitaria que promovía y fomentaba la autoresponsabilidad y la autosuficiencia.

 

Para poner en marcha este programa es necesario capacitar personal profesional y no profesional en el manejo de un instrumento de identificación de problemas emocionales y en técnicas sencillas de intervención psicológica. Todo el personal debe ser altamente motivado para evitar la crisis en sí mismos y estimular el trabajo.

 

 


 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

 

Organización Panamericana de la Salud (2006).  “Guía práctica de salud mental en desastres”. Serie Manuales y guías sobre desastres. Washington. Estados Unidos de Norteamérica.

 

Organización Panamericana de la Salud (2002). “Protección de la salud mental en situaciones de emergencias y desastres”. Serie Manuales y guías sobre desastres Nº 1. Washington. Estados Unidos de Norteamérica.

 

Valero, Santiago (2001). “Psicología en emergencias y desastres”. Edit. San Marcos. Lima. Perú 

 

Espil, German. “Crisis”. Extraído de:


 

Techera, José. “Una teoría acerca de la crisis”. Extraído de:

 http://ipes.anep.edu.uy/documentos/curso_dir_07/modulo4/materiales/crisis.pdf

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