CONSEJOS PSICOTERAPEUTICOS PARA EL INSOMNIO
Si sufres de problemas
para poder dormir durante las noches puedes probar con algunos –o todos- de
estos consejos:
v
Procura no irte a la cama ni con hambre ni inmediatamente después de
haber comido en exceso: tanto la sensación de hambre como la de “estar muy
lleno” pueden llegar a ser molestos y hacerte sentir más inquieto. Además, si
comiste demasiado esto te puede provocar indigestión, acidez o flatulencia, lo
que te puede mantener despierto por más tiempo.
v
No ingieras bebidas estimulantes –café, té, etc.- ni fumes o tomes
bebidas alcohólicas en demasía, por lo menos, dentro de las dos o tres horas
previas a acostarte.
v
Puedes probar con beber un vaso o taza de leche tibia endulzada antes de
ir a la cama. La leche –con azúcar- se la considera estimulante del sueño, ya
que el azúcar permite que el cerebro absorba de la sangre más triptofano
–producido por la proteína de la leche-. El cerebro transforma esta sustancia
en la denominada serotonina: neurotransmisor que se sabe está relacionado con
la emoción, los estados anímicos y con el sueño.
v
Sino intenta con una infusión de tilo, de manzanilla o de valeriana –una
cucharada grande de estas hierbas por cada taza-, también se las considera
tranquilizadoras.
v
La miel es otro “remedio” natural y tradicional que puede actuar como un
sedante ligero. En lugar de endulzar el té o la leche con azúcar, puedes
hacerlo con miel.
Para dormir bien es importante seguir
buenos hábitos.
1. El horario
Fije un horario estable para ir a la cama y para despertarse. Si por alguna razón excepcional (por ejemplo, el fin de semana) trasnocha más de lo previsto, no se levante al día siguiente excesivamente tarde. De esta forma, aunque pasará sueño un día, no alterará el ciclo sueño/vigilia al que su organismo está acostumbrado y podrá funcionar con normalidad durante el resto de la semana.
2. El dormitorio
Procure que su dormitorio sea cómodo, manténgalo bien ventilado y a una temperatura agradable (aproximadamente unos 22ºC), aislado de ruidos y luz. Utilice un colchón confortable y, en caso de usar almohada, que ésta no sea muy alta.
3. Ejercicio
Manténgase activo. Haga ejercicio moderado con regularidad, ya que favorece el descanso ayudándonos a liberar tensiones. Pero no lo haga al menos tres horas antes de ir a dormir, pues a corto plazo tiene un efecto activador. La única excepción es la actividad sexual, que no perjudica el sueño.
4. Actividades en la cama
No utilice la cama para ver la televisión, para escuchar la radio o hacer trabajos de oficina. Tampoco lea nada que le obligue a estar muy concentrado. Su cama ha de ser primordialmente un lugar para dormir.
5. Postura y ropa
Adopte una postura física correcta, y duerma con ropa cómoda que no le moleste ni apriete.
Hay también algunas cosas que debe evitar.
1. La siesta
No duerma durante el día. Puede ir bien reposar, o dormitar, 15 ó 20 minutos después de comer, pero no más.
2. La cena copiosa
Evite las cenas copiosas y no cene demasiado tarde. No teme líquidos en exceso, sobre todo tres horas antes de acostarse. No abuse del jamón, queso, bacon o tomate, ya que contienen tiamina, una sustancia que aumenta la liberación de un estimulante cerebral. Por el contrario, el yogurt, la leche, el plátano, son alimentos ricos en triptófano y pueden ayudarle a conciliar el sueño
3. Estimulantes
No tome café ni té por la tarde y, al menos 4 horas antes de ir a dormir.. Tampoco tome demasiado chocolate. Preferiblemente, no fume ni beba nada de alcohol Beber mucho alcohol produce somnolencia, pero puede provocar despertares nocturnos, y abatimiento a la mañana siguiente.
4. Comer a medianoche
No coma nada si se despierta a medianoche.
5. Obligarse a dormir
No fuerce el sueño, sobreviene espontáneamente si se dan las condiciones adecuadas. Si al cabo de un rato (quince o veinte minutos aproximadamente) de acostarse no logra dormir, no pierda la paciencia dando vueltas; levántese de la cama y realice alguna actividad relajante (leer, escuchar música ...) hasta que le entre sueño.
6. Pastillas para dormir
No recurra a las pastillas para dormir. Aunque pueden ser efectivas en un primer momento, después de tres o cuatro semanas empezarán a dejar de serlo debido a la adaptación progresiva del cuerpo y, además, pueden crearle dependencia. Por otra parte, las pastillas alargan el tiempo de sueño pero puede que no favorezcan la calidad del mismo. Sólo estarían indicadas como último recurso en casos definidos de insomnio crónico y siempre bajo la supervisión de un médico especialista.
1. El horario
Fije un horario estable para ir a la cama y para despertarse. Si por alguna razón excepcional (por ejemplo, el fin de semana) trasnocha más de lo previsto, no se levante al día siguiente excesivamente tarde. De esta forma, aunque pasará sueño un día, no alterará el ciclo sueño/vigilia al que su organismo está acostumbrado y podrá funcionar con normalidad durante el resto de la semana.
2. El dormitorio
Procure que su dormitorio sea cómodo, manténgalo bien ventilado y a una temperatura agradable (aproximadamente unos 22ºC), aislado de ruidos y luz. Utilice un colchón confortable y, en caso de usar almohada, que ésta no sea muy alta.
3. Ejercicio
Manténgase activo. Haga ejercicio moderado con regularidad, ya que favorece el descanso ayudándonos a liberar tensiones. Pero no lo haga al menos tres horas antes de ir a dormir, pues a corto plazo tiene un efecto activador. La única excepción es la actividad sexual, que no perjudica el sueño.
4. Actividades en la cama
No utilice la cama para ver la televisión, para escuchar la radio o hacer trabajos de oficina. Tampoco lea nada que le obligue a estar muy concentrado. Su cama ha de ser primordialmente un lugar para dormir.
5. Postura y ropa
Adopte una postura física correcta, y duerma con ropa cómoda que no le moleste ni apriete.
Hay también algunas cosas que debe evitar.
1. La siesta
No duerma durante el día. Puede ir bien reposar, o dormitar, 15 ó 20 minutos después de comer, pero no más.
2. La cena copiosa
Evite las cenas copiosas y no cene demasiado tarde. No teme líquidos en exceso, sobre todo tres horas antes de acostarse. No abuse del jamón, queso, bacon o tomate, ya que contienen tiamina, una sustancia que aumenta la liberación de un estimulante cerebral. Por el contrario, el yogurt, la leche, el plátano, son alimentos ricos en triptófano y pueden ayudarle a conciliar el sueño
3. Estimulantes
No tome café ni té por la tarde y, al menos 4 horas antes de ir a dormir.. Tampoco tome demasiado chocolate. Preferiblemente, no fume ni beba nada de alcohol Beber mucho alcohol produce somnolencia, pero puede provocar despertares nocturnos, y abatimiento a la mañana siguiente.
4. Comer a medianoche
No coma nada si se despierta a medianoche.
5. Obligarse a dormir
No fuerce el sueño, sobreviene espontáneamente si se dan las condiciones adecuadas. Si al cabo de un rato (quince o veinte minutos aproximadamente) de acostarse no logra dormir, no pierda la paciencia dando vueltas; levántese de la cama y realice alguna actividad relajante (leer, escuchar música ...) hasta que le entre sueño.
6. Pastillas para dormir
No recurra a las pastillas para dormir. Aunque pueden ser efectivas en un primer momento, después de tres o cuatro semanas empezarán a dejar de serlo debido a la adaptación progresiva del cuerpo y, además, pueden crearle dependencia. Por otra parte, las pastillas alargan el tiempo de sueño pero puede que no favorezcan la calidad del mismo. Sólo estarían indicadas como último recurso en casos definidos de insomnio crónico y siempre bajo la supervisión de un médico especialista.
Trate de hacer agradable el momento de irse
a dormir.
1. Antes de acostarse
Establezca una rutina placentera antes de acostarse. Un baño tibio le ayudará a relajarse; también leer o escuchar música relajante. Es recomendable tomarse un vaso de leche caliente (con miel) o bien una infusión de manzanilla o de valeriana.
2. Tranquilidad
A la hora de dormir, la tranquilidad es fundamental. Suspenda toda discusión, evite revivir los conflictos y no trabaje en la cama. Si tiene problemas, hable de ellos durante el día, pero "olvídelos" por la noche (no piense en ellos, dese un respiro y aplace su solución para otro momento). No realice esfuerzos intelectuales antes de acostarse.
En general, no olvide que ...
1. Es más importante la calidad que la cantidad
No se preocupe si no consigue dormir ocho horas, ya que no todos necesitamos dormir lo mismo. Seis horas de sueño pueden ser suficientes si este es reparador (es decir, si no es un sueño interrumpido o alterado por alguna molestia que perturbe el descanso).
2. Medicamentos
Si está usted tomando algún medicamento, pregunte a su médico si contiene ingredientes que interfieran el sueño, o bien si el problema de salud que padece dificulta el sueño.
3. Consultar
Si a pesar de seguir estas sugerencias, no logra dormir y su funcionamiento diurno se ve alterado por ello, consulte con el especialista.
1. Antes de acostarse
Establezca una rutina placentera antes de acostarse. Un baño tibio le ayudará a relajarse; también leer o escuchar música relajante. Es recomendable tomarse un vaso de leche caliente (con miel) o bien una infusión de manzanilla o de valeriana.
2. Tranquilidad
A la hora de dormir, la tranquilidad es fundamental. Suspenda toda discusión, evite revivir los conflictos y no trabaje en la cama. Si tiene problemas, hable de ellos durante el día, pero "olvídelos" por la noche (no piense en ellos, dese un respiro y aplace su solución para otro momento). No realice esfuerzos intelectuales antes de acostarse.
En general, no olvide que ...
1. Es más importante la calidad que la cantidad
No se preocupe si no consigue dormir ocho horas, ya que no todos necesitamos dormir lo mismo. Seis horas de sueño pueden ser suficientes si este es reparador (es decir, si no es un sueño interrumpido o alterado por alguna molestia que perturbe el descanso).
2. Medicamentos
Si está usted tomando algún medicamento, pregunte a su médico si contiene ingredientes que interfieran el sueño, o bien si el problema de salud que padece dificulta el sueño.
3. Consultar
Si a pesar de seguir estas sugerencias, no logra dormir y su funcionamiento diurno se ve alterado por ello, consulte con el especialista.
TRATAMIENTO COGNITIVO CONDUCTUAL DEL INSOMNIO
El tratamiento se tiene que dar
para restaurar los mecanismos que se han roto, lo que implica dar dos pasos,
- Restablecer
las condiciones que disparan el sueño de forma automática y después
- Lograr
que se establezca el automatismo.
Para dar el primer paso hay que:
Conseguir unas condiciones
fisiológicas adecuadas.
Mantener una ambiente propicio
para el sueño.
Conseguir una desactivación
física y cognitiva.
Finalmente para recuperar el
automatismo se tiene que acudir al condicionamiento clásico de forma que los
mecanismos anteriores se hagan de forma automática y sin ningún esfuerzo. Se
trata de controlar los estímulos de forma que, por ejemplo, meterse en la cama
desencadene por sí mismo el sueño.
A continuación se muestran consejos que se pueden ayudar a
conseguir esos dos objetivos.
Conseguir las condiciones adecuadas
Higiene del sueño: conseguir
las condiciones fisiológicas adecuadas.
Para conseguir unas condiciones
fisiológicas necesarias para el sueño es preciso adecuar nuestra conducta de
forma que cambiemos los hábitos personales que nos alejan de ese objetivo. Así
se prescribe:
v Efectuar ejercicio moderado de forma continuada, pero no hacer
ejercicio intenso justo antes de irse a la cama.
v Controlar las variables fisiológicas antes de irse a la cama, no
ir a la cama con hambre, sed, ganas de orinar, etc.
v Llevar una dieta adecuada y no comer demasiado antes de irse a
la cama.
v Evitar la ingesta de café, te, colas, nicotina o cualquier
estimulante del s.n.c. durante todo el día, pero sobre todo en horas cercanas
al sueño.
v El alcohol inicialmente aumenta la somnolencia y puede propiciar
dormir 4 ó 5 horas, pero aumenta la probabilidad de despertarse en la segunda
mitad de la noche. El metabolismo del alcohol consume mucho agua por lo que hay
que evitar el exceso de alcohol para no despertarse con sed en medio del sueño.
v Conseguir una ambiente adecuado: Control de estímulos físicos
v Controlar el ambiente de la habitación, procurando que la
temperatura de la habitación sea fresca y agradable, que no haya luz fuerte y
que la humedad sea adecuada.
v Controlar que la cama sea adecuada, que el colchón y el somier
tengan la suficiente dureza y comodidad y que la ropa no sea escasa, excesiva o
molesta.
v Los ruidos son un factor importante distorsionador del sueño por
eso hay que procurar que mientras se duerme exista un ambiente tranquilo y sin
ruido.
La desactivación física: relajación
El método de relajación de
Jacobson se ha utilizado clásicamente para propiciar el sueño ya que nos enseña
a reducir la tensión muscular y por lo tanto propicia la desactivación
fisiológica. Ahora bien, no se puede aplicar como una pastilla para dormir, es
decir, hacer los ejercicios cuando no se duerme, porque no se cumple la
condición indispensable para relajarse que es hacerlo sin un fin, porque en
realidad la estamos convirtiendo en un esfuerzo para dormir y los esfuerzos no llevan
ni a la relajación ni al sueño. La respiración también es un buen método de
relajación. El sueño se asocia a una respiración profunda, regular y abdominal
que puede llevar a una desactivación fisiológica.
La desactivación cognitiva
Los pensamientos y las
preocupaciones son el componente fundamental del insomnio. Se han estudiado el
tipo de pensamientos que impiden el sueño y son aquellos a los que se dedica la
persona que está en la cama y no duerme y se han identificado las siguientes
clases: resolución de problemas diarios, preocupación acerca de no dormirse,
los ruidos de la casa y otras condiciones de la habitación, y preocupaciones
generales Otros estudios (Watts et al. 1994) plantean más de los pensamientos
intrusivos que interfieren con el sueño como son tópicos triviales,
pensamientos acerca del sueño, asuntos de familia y a largo plazo, planes y
asuntos positivos, preocupaciones somáticas, trabajo y asuntos recientes.
En consecuencia, para lograr la desactivación cognitiva, se han
utilizado las siguientes técnicas:
La intención paradójica dando
la instrucción de seguir todos los pensamientos que se están teniendo sin
establecer ninguna lucha para evitarlos, incluso se escriben para
materializarlos y hacerlos concretos, por supuesto se tiene que hacer fuera de
la cama.
Los ejercicios de Aceptación
ayudan de forma muy significativa a aceptar la ansiedad que produce no dormir.
También se ha propuesto la observación del pensamiento, es decir, darse cuenta
de lo que se está pensando y dejarlo ir. Simbólicamente se puede imaginar que
se mete el pensamiento en un frasco o que se le abre una puerta en la cabeza
para que se vaya. La meditación. Las técnicas mencionadas en el punto anterior,
en realidad, son formas de meditación que tienen como resultado, que no
objetivo, dejar la mente en blanco. En este sentido la utilización de un mantra
o de una tarea cognitiva que nos requiera mucha atención y que no tenga
relevancia afectiva, como decir el alfabeto al revés, puede ayudar a controlar
los pensamientos.
La imaginación dirigida se
utilice la imaginación dirigida a un pensamiento o imagen concreto que no sea
excitante como medio para combatir pensamientos activadores en el momento del
sueño.
La interrupción de la estancia
en la cama cuando no se duerme también sirve para este fin, aunque su misión
principal sea asociar la cama al sueño.
Consecución del automatismo: condicionarse a estímulos que desencadenen por sí mismos el
sueño
v Adecuar el sueño a un momento concreto del día
v No echar ni sueñecitos ni siestas durante el día.
v Mantener horarios regulares, tanto para levantarse como para
acostarse. Levántese y acuéstese todos los días a la misma hora
independientemente de si tiene sueño o no. Intentar dormir mucho una noche o
estar demasiado tiempo en el lecho pueden interferir con el automatismo
necesario para que se desencadene el sueño.
v Establecer una serie de rutinas previas al sueño que activen el
condicionamiento que lleva a automáticamente a la calma que es necesaria para
el sueño. Por ejemplo, cierre la puerta, apague el gas, lávese los dientes,
conecte la alarma y realice todas aquella tareas que sean necesarias para ese
momento de la noche, hágalas siempre siguiendo el mismo orden.
v La cama como elemento desencadenante del sueño
v No utilizar la cama ni el dormitorio para otra actividad que no
sea dormir o el sexo. No es aconsejable leer, ver la televisión, hablar por
teléfono, discutir con su pareja, o comer en la cama.
v Cuando se haya metido en la cama, se deben apagar las luces con
la intención de dormirse inmediatamente. Si no puede dormirse en un rato
(alrededor de 10 minutos), levántese y váyase a otra habitación. Dedíquese a
alguna actividad tranquila hasta que empiece a sentirse adormecido y, en ese
momento, vuelva a dormitorio para dormir.
v Si no se duerme en un periodo de tiempo breve, debe repetirse la
secuencia anterior. Hágalo tantas veces como sea necesario durante la noche.
Utilice este mismo procedimiento en el caso de despertarse a mitad de la noche
si no consigue quedarse de nuevo dormido aproximadamente a los 10 minutos. En
el momento que se de cuenta de que está despierto o molesto levántese y repita
el punto 3.
v Por último y muy importante es ajustar el tiempo que se está en
la cama al tiempo en que se está dormido. El punto anterior es ya un paso
importante, pero hay que ir más lejos con la restricción del sueño: consiste en
ajustar la cantidad de tiempo que se esté en el lecho con el que se está
realmente dormido, acabando con la falacia de que cuanto más tiempo se esté en
la cama más se duerme. Cuando el paciente duerme más del 90% del tiempo que
está en la cama durante una semana se le permite que aumente el tiempo de
estancia en la cama un cuarto de hora por el contrario si ésta es inferior al
80% se va reduciendo en la misma cantidad, hasta un mínimo de cuatro horas (
por ejemplo, si se duerme una media de 5 horas por noche en la semana de las 8
ó 9 pasadas en la cama, se comenzará estando un total de 5 horas en la cama,
desde que se acueste hasta que se levante). Si durante una semana la eficiencia
del sueño es mayor del 90%, (en el ejemplo si se durmiera una media de 4h
30min) se ampliaría el tiempo en la cama 15-20 minutos, adelantando por ejemplo
la hora de acostarse; por el contrario si la eficiencia es inferior al 80% (en
el ejemplo si se durmiera menos de 4 horas) se acortará el tiempo de estancia
en la cama en 15 ó 20 min. Deben hacerse ajustes periódicos hasta una duración
óptima del sueño.
v Reestructuración cognitiva, alterando los pensamientos y
creencias sobre el sueño.
v Hay pensamientos y creencias que hay que poner en cuestión
porque no favorecen la conciliación del sueño, por ejemplo:
v Considerar que el sueño es tiempo perdido y que su único
objetivo es en función de conseguir la reparación física necesaria para seguir
rindiendo al día siguiente.
v Sobrevalorar las consecuencias de tener sueño sobre el
rendimiento diario. Hay que darse cuenta de que con sueño se pueden atender
todas las obligaciones diarias y si no se hacen lo más probable es que sea
debido a las dificultades inherentes a la tarea o a la ansiedad que genera y la
falta de sueño es solamente un factor más y desde luego no es el determinante.
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